La región de Pequeña Polonia (Malopolska) está también en el sur del país y tiene como capital a la conocida ciudad monumental de Cracovia, que también fue capital histórica de Polonia en el pasado. Se ubica en las márgenes del río Vístula y fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1978. Fue sede real, de cuya época conserva el famoso conjunto del castillo y la catedral de Wawel. De una gran riqueza cultural su centro histórico está cuajado de monumentos, que conviven con un extenso patrimonio de la presencia judía. Es de destacar el museo que se ha construido en la famosa fábrica Schindler, que mediante una concepción museológica y escenográfica muy avanzada y espectacular, cuenta cómo era la vida en la ciudad antes, durante y después de la invasión alemana en la II Guerra Mundial.

A media hora se encuentra la ciudad de Wieliczka, y su famosa mina de sal, que se viene explotando desde el siglo XIII y que fue, también en 1978, una de las primeras declaraciones de elementos de patrimonio minero como Patrimonio de la Humanidad. En el exterior, los edificios de las instalaciones mineras se han rehabilitado y convertido para el equipamiento necesario para convertir la mina en un extenso museo. En el interior, las galerías, túneles y salas se han convertido en un espacio expositivo que muestra tanto la evolución de las instalaciones y maquinaria empleada en la mina, como los trabajos artísticos y monumentales que se han llevado a cabo durante siglos dentro de la propia mina, y que han dado lugar, por ejemplo, a una “catedral subterránea” tallada en la roca de sal. También hay equipamiento de hostelería y un interesantísimo espacio museístico a más de 200 metros de profundidad.

En Wieliczka, además, se puede realizar una visita especial, fuera de la ruta turística, a las instalaciones de la mina. Se trata de un itinerario geológico que muestra las galerías y cámaras antiguas, en su estado original, con recorridos por pasos intrincados, grandes cámaras que se excavaron en los siglos XVIII y XIX, observando las viejas máquinas mineras y las espectaculares formaciones de cristales de sal, los pozos recubiertos de estalactitas o una estación subterránea de ferrocarril. Las paredes excavadas en la roca nos muestran las deformaciones de estratos y dan testimonio de la formación de los macizos de roca de sal gema y de la evolución geológica. Este itinerario se realiza con equipamiento adecuado y en compañía de un técnico, un intérprete y un minero encargado de la seguridad del grupo.

También a poca distancia de Cracovia se puede visitar la mina de sal de Bochnia. Con unas cuidadas instalaciones en el exterior, también se ha adaptado para la visita subterránea, con un concepto que, sin pretender la espectacularidad de la mina de Wieliczka, se centra en el objetivo de la explicación más didáctica y descriptiva de las características y evolución de las técnicas mineras empleadas para la extracción de la sal, así como de la importancia que tuvo en siglos pasados esta industria en el desarrollo de la sociedad. Además de las galerías y grandes cámaras musealizadas, con maquinaria original y con excelentes reproducciones, se puede realizar un itinerario en barca, sobre las aguas saladas (con una concentración del 33% de sal, superior a la del Mar Muerto) que cubre varias galerías. Se visitan también las instalaciones de zonas deportivas y de descanso, a más de 100 metros de profundidad, empleadas como balneario subterráneo basado en las propiedades curativas del aire ionizado que la sal produce en el interior de la mina. Una vez en el exterior, la casa de máquina de extracción contiene un gran ejemplar de máquina de vapor de doble cilindro horizontal en perfecto estado.

La región polaca de Alta Silesia se caracteriza por la importante cantidad de minas de carbón que están en activo aún en ella. La capital es la industrial ciudad de Katowice, a medio camino entre Wroclaw y Cracovia y está rodeada de un paisaje, que se puede observar durante el viaje, lleno de cabrias metálicas de tipología moderna que hacen notar la presencia de las explotaciones mineras.

En la cercana ciudad de Zabrze se puede visitar la mina Reina Luisa, situada en un complejo del que una parte sigue aún en activo. En ella se conservan, junto a las instalaciones de separación del carbón, una gran cabria y una impresionante máquina de vapor, para la extracción. Es de fabricación alemana, con dos cilindros horizontales, cada uno de los cuales tiene algo más de 1 metro de diámetro. Se conserva en orden de funcionamiento y, aunque ya no tiene las calderas anexas originales, se trae el vapor por un conducto desde otras dependencias del emplazamiento que permite que funciones durante varios periodos de tiempo cada día.

A unos kilómetros, pero también en Zabrze, se puede visitar la mina Guido. Es un conjunto de minería del carbón en el que se visitan las galerías subterráneas. Éstas se han adaptado para visitas y, protegidas por entibaciones de diferentes tipos, tienen expositores que explican, entre otras cosas, cómo eran los malacates que se instalaron en distintos niveles de profundidad y la vida en el subsuelo de las caballerías que los hacían funcionar. Además, se pueden ver distintos tipos de maquinaria para la excavación, obtención y transporte del carbón, pertenecientes a distintas épocas, así como los sofisticados sistemas de explotación, protección y entibación hidráulica más modernos. En el exterior, junto a diversas piezas de maquinaria expuestas junto a los edificios, se puede ver una gran cabria de acero que sirve a las jaulas por las que se accede a las galerías interiores, y el edificio de a casa de máquina eléctrica de extracción.

Una visita a Polonia no es la misma si no se recorre la región del sur, fronteriza con la República Checa y cercana a Alemania, llamada Baja Silesia. El paisaje montañoso contrasta con la mayoría de las regiones del norte y del centro del país y cuenta con zonas tan conocidas por su presencia en la historia centroeuropea como Los Sudetes. La capital Wroclaw es una ciudad monumental y universitaria que acaba de ser elegida como capital europea de la cultura para 2016. Posee una riqueza patrimonial realmente sorprendente, lo que tiene un especial mérito considerando que buena parte de la misma y casi la totalidad de su centro histórico fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial y ha sido reconstruida con una asombrosa fidelidad y respeto a las características urbanísticas y arquitectónicas originales. Situada junto al río Oder, éste y sus afluentes la dividen en 12 islas, que se unen al resto de la ciudad mediante más de cien puentes, algunos de los cuales son pintorescos y de gran belleza.

A algo más de hora y media de viaje se puede realizar una visita subterránea verdaderamente diferente a lo que estamos acostumbrados, pues no se trata de una mina sino de una red de túneles y cámaras que alojaron instalaciones industriales de la época de dominación alemana, cuya finalidad permanece oculta bajo el secreto decretado por el régimen nazi. El acceso principal a este enorme complejo de Wlodarz, en cuya construcción intervinieron prisioneros de campos de trabajo de la región, como el cercano de Gross Rosen, está cerca de la ciudad de Walim. Desde allí se recorren las galerías y grandes cámaras, algunas de las cuales están inundadas y obligan a realizar un bonito itinerario en barca.

En la ciudad balneario de Duszniki Sdroj, se ha adaptado como museo en una antigua fábrica de papel, donde se ofrece una completa información sobre las antiguas técnicas de fabricación del papel y hay un taller en el que podremos fabricar artesanalmente nuestros propios pliegos. Desde allí, un corto camino lleva hasta uno de los puntos de mayor interés cultural de la región, la mina de oro de Zloty Stok. Situada en un paraje realmente hermoso cerca de la ciudad del mismo nombre y rodeada de bosque, esta pequeña mina de origen medieval constituye un valioso como recurso de turismo cultural, que llega a tener más de ciento veinte mil visitantes al año. Cuenta con un complejo de galerías mineras, muy bien adaptadas para visitas turísticas. La primera es la galería Gertruda, con tramos musealizados que muestran interesantes características sobre la explotación y la metalurgia del oro junto a la historia de la propia mina, a través de planos geológicos y de explotación de los siglos XVIII al XX. En la galería Negra, se visita también una bella catarata subterránea, zonas con distintos tipos de entibaciones, maquinaria y herramientas mineras, para salir finalmente al exterior en un pequeño tren. El conjunto se complementa con instalaciones de deporte de aventura que se extienden por el bosque, paralelas a un arroyo que en su día fue lugar de búsqueda de pepitas de oro, y llegan hasta una gran cantera que cuenta con algunas de las mayores tirolinas que se pueden encontrar en Polonia.